Fuente de la imagen:
4.bp.blogspot.com
Ese maldito día que
talaron
el primer árbol
me hice pastor.
Recuerdo sus gritos,
eran de graves
verdes.
Recuerdo verlo caer
vomitando su savia,
esparciendo sus frutos,
sus
flores y sus hojas
como aves asustadas...
y el sol empezó a morir.
Y por eso hoy
llevé mi rebaño de árboles
a alimentar todas las fronteras
atestadas de
éxodos, de óxidos,
de o-dios y miedos.
Y por eso hoy
llevé mi rebaño de árboles
a reforestar
todos los cementerios
que se siguen construyendo
en los campos de batallas.
Mi rebaño de árboles
fue
a nadar en los océanos,
y danzaron con los peces,
y la montaña con sus
glaciares
y sus volcanes también llegó.
Y los ríos y los desiertos,
y la nieve,
la brisa y la Antártida
también llegaron…
y por fin se firmó la paz
y se dejó en
paz a la tierra…!
Hoy pasé
con mi rebaño de árboles
por París, por Nueva York,
por Malasia, por Japón,
por Moscú, por el Reino Unido,
y todos sus edificios
y
todas sus fábricas
gritaban ¡¡¡ayuda natural,
ayuda natural!!!...
y la gente y
los soldados susurraban:
por favor ayuda natural,
por favor ayuda natural…!
Hoy
llevé
a mi rebaño de árboles
a recoger
todas las lágrimas del mundo,
para que el
sol se fecunde
con cada semilla
de todos los rebaño de árboles,
y deje de brillar
la marchitez
en la tierra.