hemos decidido una última cita.
Cita no común para despedirse,
cita de tristeza, de daños
a los tejidos cristalino del corazón.
No sé que voy a decirte,
no sé que nos diremos,
no sé cuáles son las palabras
indicadas para mentirte,
y decirte que ya no te quiero.
Estamos aquí pendiendo de un hilo,
expresando frivolidad en nuestros ojos,
finguiendo que no nos duele
asistir a vísperas del desencanto
de una historia que un día nos unió.
No basta con que llores
para resarcir el tiempo que me has olvidado.
Sabes que sí lloro,
es porque no me quiero despedir...
es muy confuso citarnos para no volver.
Hace un segundo llegamos para irnos,
y en menos de dos palabras indicadas,
hemos descubierto,
què ningún estúpido mal entendido;
es suficiente causa para mentirnos,
para sentirnos fuertes y herirnos.