se dibujan con gemidos
entreabiertos,
con temperas gestadas
en media noche,
con caminos despejados
en mares abiertos.
No hay silueta del amor
mejor trazada,
que aquella que ya se hizo
realidad en las manos;
mañana también
quiero palparte,
mañana también
trazaré horizontes.
Es muy indomable la razón,
cuando se esculpe cómplice
de amores sin horarios,
cuando se impregna de pasión
y en amaneceres nacarados
acaricia la humedad celeste
del pubis de una mujer luz.
La fantasía en un adorno
imprescindible en el amor.
Y por eso, no hay mejor
palabra del corazón,
que aquella que titila
en las venas;
hoy también
quiero enamorarme,
hoy también
estoy enamorado.